UNA PROPUESTA ARTÍSTICA QUE TRASCIENDE LO ESPECIAL
Pocas son las historias que pueden recrear esa cosa de la que tanto se habla, pero poco se practica. La tan mencionada “cultura”, en textos académicos, parece perderse en las letras negras de libros olvidados. Sin embargo, hace 9 años, en Medellín, surgió una propuesta artística que une la fuerza mágica que alberga el teatro con la experiencia de la “discapacidad”, convirtiéndose en una expresión deslumbrante que, con colores y música, borra esa línea imaginaria de limitación.
“Teatro El Grupo es una iniciativa artística independiente que pretende llegar a un alto nivel de profesionalismo y exigencia con un grupo de jóvenes con habilidades especiales”, afirma Beatriz Duque. Ella es la directora y fundadora de esta propuesta teatral. Sus ojos se inundan de esperanza y alegría cuando habla de los 17 actores y actrices que aportan su sensibilidad para la danza, el teatro y la música en esta muestra de inclusión, compromiso y talento.
Beatriz es educadora especial por profesión, artista por vocación y gestora cultural por convicción. Ella se convierte, los lunes, martes y viernes, durante los ensayos de El Grupo, en el hada madrina para estos jóvenes. Allí, en el Centro Cultural de la Facultad de Artes, les enseña sus diálogos, los corrige con amor, baila, canta y prepara la música; además de trascender en su realidad, dándoles el sentido y la responsabilidad que implica ser partícipes de la construcción social y cultural de la ciudad.
Arte, pasión e inclusión: la mezcla que genera cambio
El último censo nacional estableció en el país una prevalencia del 6,4% de población con discapacidad cognitiva. Así mismo, algunas empresas e instituciones educativas se hacen llamar “incluyentes” por el hecho de darles un espacio de participación –por lo general, limitado y restringido- a personas con esta condición. Sandra Martinez, psicóloga y docente de la Universidad EAFIT, afirma que la inclusión no solo implica participación, sino también reconocimiento y valoración desde sus propias capacidades, y añade que "que el olvido estos otros dos factores es el principal obstáculo de la inclusión social en el país”.
Beatriz declara que “en muchas ocasiones, la tal inclusión no es verdaderamente inclusión, sino más bien es tener a una persona dentro de un grupo haciendo bolitas y palitos. A las empresas no les interesa tenerlos vinculados y, si por alguna razón, los chicos logran ser parte de la vida laboral en las empresas, son solo aquellos que tienen una discapacidad muy leve”, agregando, además, que "las prácticas ocupacionales son muy básicas, pues no representan retos ni exigencias funcionales a nivel cognitivo, social, conceptual y práctico".
Sin embargo, en Teatro El Grupo el panorama da un giro radical. Es allí donde estos jóvenes encuentran su lugar en el que, semana tras semana, se sienten los protagonistas de su historia. Claudia Chávez, amante de la literatura griega y actriz de El Grupo, manifiesta con histrionismo y orgullo su disciplina y pasión por el teatro: “a mí me encanta como yo me desempeño en el papel, eso es lo que me pone más feliz. Yo nací actriz pero también tengo que practicar mucho porque el teatro es muy exigente. Cuando estoy en el escenario siento lo más hermoso que he conocido. Nada se compara con eso. Me fascina estar así”.
Los teatros de Medellín, que han albergado cientos de actos, los cuales han propuesto a un auditorio las expresiones más diversas, son ahora el hogar de las cinco funciones que actualmente ofrece Teatro El Grupo: Romeo y Julieta, Olowayli y el Rey de los pájaros, El Juicio de Páris, Alicia ¡El musical! y Álbum de bodas. Estas, envuelven de humanidad y sensibilidad a quienes, además de apreciar su
talento, se confrontan a sí mismos, reconociendo los prejuicios existentes por no haberse encontrado en espacios reales de participación de esta población.
Al llegar al sitio donde ofrecerán nuevamente sus obras, los jóvenes sacan las cosas de sus morrales, se saludan y se abrazan. Comienza la tarea del maquillaje, del vestuario y del calentamiento. Empieza la función, en la cual los gestos de este grupo de personas, su alegría y compromiso a la hora de encarnar los personajes prestados en los actos, generan más cultura e inclusión que los mismos discursos que hablan de ellas.
La participación de Teatro El Grupo en la agenda cultural de Medellín está generando verdaderos cambios sociales desde la estética y la convicción que engendra el arte; una escena colorida y risueña que dice que sí se puede y sí se debe.
Paulina Tejada Tirado