UN VIAJE CON ALGUNAS
DESVIACIONES
Los que conocen a Sara o me han
oído hablar de ella, me preguntan cómo va en su trabajo y me siento muy
orgulloso de decirles que muy bien, todos los días se levanta con ánimo de ir a
trabajar y desde que sale de la casa con
su mamá le comenta distintas situaciones vividas en su día a día, de lo nuevo
que ha conocido, de sus tareas terminadas, de su asistencia a las reuniones que
le programan, y demás pormenores que le llaman la atención.
Es notorio todo el vocabulario
que ha adquirido y que se ha visto alimentado por la lectura de Cien Años de
Soledad, y que le hace preguntar por el significado de las múltiples palabras
nuevas que encuentra en este libro y por
conceptos elementales de “política” que quiere entender para adaptar sus nuevos
roles de la próxima obra de teatro.
Para desempeñarse mejor en su
trabajo acude a pedir ayuda a sus compañeros cercanos y si es del caso usa los
chats del celular para solicitarle esa ayuda a los otros conocidos de
diferentes áreas de trabajo.
En su grupo de teatro le ha
tocado el reto de aprenderse los libretos de otros personajes que no había
caracterizado antes, los graba en su celular y los ensaya todos los días de
camino a su trabajo en compañía de su mamá.
Luego en las noches después de
comer en familia, repasamos los apartes nuevos mas difíciles y la motivo para
que cambie el tono de la voz cuando sea necesario.
Cuando la podemos ver en alguna
función, nos sentimos orgullosos de verla actuar de manera natural y se siente
plena cuando al final los aplauden al momento de ser presentada al público
asistente y de las felicitaciones personales que recibe por parte de algunos de
ellos antes de retirarse a los camerinos.
Estas situaciones recientes me
llevan a recordar que a través de estos años hemos ensayado diferentes métodos
de trabajo para que aprendiera algún movimiento corporal básico (gatear ) o
posteriormente algún concepto elemental (los estados de la materia) y que como
sucede casi siempre con las diferentes técnicas hemos tenido que enfrentar en
la mayoría de los casos algunas desviaciones para llegar a nuestro “destino”
que habíamos planeado.
Las experiencias adquiridas con
los diferentes métodos de trabajo, ha servido de aprendizaje no solo a Sara
sino a nosotros como padres, para entender mejor su proceso y no dejamos de sorprendernos con sus progresos paulatinos, sino también a
sus profesores y terapistas de diferentes disciplinas, al demostrarles que no
siempre la teoría y los experimentos con las personas tienen el mismo
resultado.
Como dice su amiga Rosita, la del
chance “Esa Sarita es tremenda”.
VICTOR HUGO TEJADA ARENAS