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lunes, 9 de junio de 2014

NEUROALIMENTACIÓN AYUDA A PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL

Estudios recientes demostraron que una alimentación adecuada en  personas con Síndrome de Down, Trastornos del Espectro Autista y/o Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, ayuda a regularizar los procesos metabólicos alterados y beneficia de manera importante sus habilidades cognitivas.

La “Neuroalimentación como Apoyo al Desempeño Fisiológico y en las Habilidades Cognitivas en personas con Trisomía 21, Trastornos del Espectro Autista y Trastorno por Déficit de Atención”, es una investigación realizada entre diversos organismos encabezados por Palsgaard Industry de México y el  Conacyt, y es única en su tipo a nivel internacional, ya que documenta y comprueba que el consumo de nutrientes específicos ofrece una nueva esperanza en el tratamiento de estos pacientes.

Síndrome de Down (Trisomía 21), Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA/H). Trisomía 21, comúnmente conocida como Síndrome de Down, es una condición de nacimiento con características intelectuales, psicológicas y físicas que generan discapacidad en el individuo. Con base en datos provenientes del INEGI y la SSA, es posible estimar que el Síndrome de Down afecta a unos 250 mil mexicanos.

Respecto de Autismo, las personas que lo viven suelen mostrar dificultades significativas de comunicación y socialización, desarrollo del lenguaje, y frecuentemente presentan intereses y conductas inusuales. En el país, del total de la población infantil que asciende actualmente a 37 millones, hay alrededor de 37 mil niños con esta enfermedad.

El Trastorno por Déficit de Atención se caracteriza por una inmadurez en el desarrollo de las actitudes de impulsividad, hiperactividad y atención. Según el Grupo de Expertos de la Facultad de Psicología de la UNAM, es la alteración neuropsiquiátrica más común a nivel mundial entre los niños, con una prevalencia entre 3 y 7% de las personas en edad infantil.

Mediante la interrelación de datos provenientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Secretaría de Salud (SSA), y UNAM, es posible estimar que alrededor del 30% de la población con capacidades diferentes de nuestro país se encuentra en alguno de los Trastornos del Espectro Autista, con Síndrome de Down o con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

Al respecto, “las políticas públicas se han quedado cortas, y requerimos ampliarlas para que enfoquen sus esfuerzos a la procuración de una alimentación especializada para las personas con estos trastornos, así como  en el diseño de mecanismos y programas de apoyo para sus familias desde el aparato gubernamental, con el objetivo de realizar tratamientos integrales”, aseveró Edilberto Sánchez, líder del proyecto de estudio.

Las necesidades específicas de estos grupos involucran además de una situación de vulnerabilidad dada la falta de atención a que son relegados, íntimas afinidades fisiológicas y metabólicas que hacen de su tratamiento una labor altamente especializada y compleja.

El objetivo del proyecto de investigación en Neuroalimentación es el de ayudar a regularizar los procesos metabólicos alterados y beneficiar las habilidades cognitivas y conductuales de los sujetos en dichas condiciones, mediante una dieta adecuada y un Complemento Alimenticio desarrollado especialmente para atender las deficiencias metabólicas de las personas en alguna de esas tres condiciones. A través de estos cambios positivos, se busca beneficiar la calidad de vida de los individuos y sus familias.

Se trata de utilizar una dieta adecuada y un complemento alimenticio desarrollado específicamente para atender las deficiencias metabólicas de estas personas; sin embargo, también es fundamental el compromiso y apoyo de la familia para alcanzar los máximos resultados de esta alternativa tratamiento”, explicó el especialista.

Respecto del tratamiento farmacológico que suele ser comúnmente aplicado a este tipo de pacientes, la bibliografía relacionada al tema hasta el momento reporta que si bien no se menosprecia su efectividad, el resultado no ha sido el esperado, aspecto al que se suman los adversos efectos secundarios, como la propensión a desarrollar dependencia, afecciones severas al apetito (anorexia u obesidad), trastornos severos de sueño o la depresión desde leve a severa.
Con una alimentación dirigida, sin los efectos colaterales negativos que tienen ciertos fármacos, se incide exitosamente en el desempeño y desarrollo del individuo, así como en su calidad de vida”, aseguró.

A partir de los hallazgos arrojados por esta investigación, el especialista en Neuroalimentación, considera que ya se cuenta con los elementos básicos para detonar el trabajo para la creación de políticas públicas con el apoyo de los especialistas de la salud --pediatras, nutriólogos, neurólogos, psiquiatras, psicólogos--, que sepan orientar a los padres, las instituciones y a la sociedad en general sobre el esquema de nutrición especializado que deben recibir las personas de estos tres grupos vulnerables.

Finalmente, el líder de la investigación dijo que es  fundamental entender que “estamos en un entorno social que nos ha obligado a mirar y pensar la discapacidad de una manera diferente. Conviene considerar esta alternativa de tratamiento a través de la alimentación, que puede incidir de forma muy importante en el desempeño y desarrollo del individuo mediante una alimentación dirigida, sin los efectos colaterales nocivos que tienen algunos medicamentos”.

En la realización de las investigaciones con el fin de aglutinar mayor conocimiento para el apoyo de los tres grupos vulnerables, unieron esfuerzos el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y Palsgaard Industri de México, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y la Universidad Iberoamericana (UIA).

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